China, siglo VIII. El Imperio Tang está en guerra con los pueblos turcos nómadas del Asia Central. En medio de esta guerra se encuentran el teniente Li, fugitivo por insubordinación, y el agente Lai Xi, un emisario japonés al servicio del imperio que busca a Li para llevarlo ante las autoridades. Por azar, se topan con una caravana proveniente de la India que lleva un tesoro secreto a la capital del Imperio y juntos deciden protegerla de los turcos y los bandidos.
Si Héroe nos llevó a la China antigua, esta película de 2003 nos transporta la China medieval, en la que no es ya una potencia naciente, sino un imperio establecido, más de 1,000 años después de la historia presentada en la película de Zhang Yimou. En esta cinta podemos apreciar las rica veridad de los paisajes chinos y aprender un poco de la relación de este país con otras culturas, como India, Japón y los pueblos turcos.
La historia es profundamente humana. El héroe, Li (Jiang Wen), es perseguido como un criminal por haberse atrevido a desobedecer una orden: se rehúso a masacrar a unos prisioneros turcos inocentes. Pero Li es un héroe y, aunque exhiliado, sigue sirviendo a su patria, defendiéndola de sus enemigos. Lai Xi (Kiichi Nakai) es también un héroe. Respeta a su adversario y reconoce que hay cosas más importantes que su lucha con él: la protección de una tesoro secreto y sagrado, elemento que le da la historia un toque de misticismo y magia.
Más realista y menos espectacular que Héroe, Guerreros del Cielo y la Tierra no es menos emocionante y conmovedora. Destacan la fotografía de Zhao Fei y la música del hindú AR Rahman, junto a la dirección de He Ping.
Esta multipremiada película se exhibirá el próximo Martes 28 de Julio, a las 8:00 PM, en el Centro Cultural José Martí. No se la pierdan.
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