Título: El Hombre Lobo (The Wolfman, 2010)
Director: Joe Johnston
Actuaciones: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt, Hugo Weaving y Geraldine Chaplin.
Cuando uno va al cine a ver un refrito y todos los avances que ve antes de que empiece la función son de refritos, puede llegar a la conclusión de que algo anda muy mal en Hollywood. En efecto, parece ser que las ideas ya se terminaron en la meca del cine: revisando la cartelera o la pared de estrenos de los videoclubes, uno encuentra en su mayoría refritos, secuelas o adaptaciones de cómics, caricaturas, videojuegos, etcétera.
En el cine de terror es aún más acusada esta decadencia. Desde hace años que Hollywood no presenta una propuesta novedosa en este rubro; en cambio se dedica a inundarnos con refritos, bien de películas clásicas, bien de cintas recientes de otros países. El resultado es lamentable y los fans del género vemos pasar temporadas y temporadas cinematográficas sin títulos que valgan la pena. Éste es el caso de El Hombre Lobo.
El Hombre Lobo es el primero de una serie de refritos que Universal Pictures tiene proyectado realizar a lo largo de la próxima década. Próximamente llegarán Drácula y Frankenstein. Si todas son como la cinta de Johnston, no hay mucho que esperar.
Resulta inevitable la comparación de esta cinta con aquella clásica protagonizada por Lon Chaney Jr en 1941. Desde luego, la versión de Johnston es superior en varios aspectos: diseño de producción, vestuario, maquillaje, efectos especiales, fotografía, música... Aspectos todos de orden formal que no alcanzar a disfrazar los evidentes defectos argumentales de la película.
Lo primero que se nota es falta de dimensión de los personajes, comparados con los de la versión original. Aquí ellos no tienen conflictos internos. John Talbott es, en la primera, es un padre severo y distanciado, incapaz de comunicarse con su hijo, pero no por ello malvado; en la nueva, Sir John es sólo "el malo". En la original, Gewn Conliffe es una modesta muchacha de provincias que se siente atraida hacia el extraño advenedizo, pero que al mismo tiempo lucha consigo misma por serle fiel a su prometido; en la nueva, Gwen es sólo "la chica". El Larry Talbott orginal es un hombre que se siente un extraño en su propio hogar, que busca la probación paterna y que se debate entre la locura y la lucidez; en la nueva, Larry es sólo un muchachito con cara de compungido. Maleva es uno de los personajes más atractivos de la película original, mientras que en la nueva queda totalmente relegada.
Aunque la primera mitad del film avanza con la decencia esperada de una superproducción palomera, hacia el final las cosas se ponen cada vez peor. La secuencia de Londres, al estilo King Kong, y la pelea entre los dos hombres lobo, son francamente ridículas. El sentido trágico del film original, en el que el hombre trata de evitar su destino, sólo para cumplirlo, o en el que un personaje mata a un ser querido sin saberlo, están completamente ausentes del refrito. En cambio, se privilegia la exhibición morbosa de sangre y mutilaciones (muy divertidas, eso sí).
Es evidente que Hollywood apuesta a un público conformista y carente de cultura cinematográfica cuando nos bombardea con sus refritos, pues de lo contrario, no estaría El Hombre Lobo en las carteleras.
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