jueves, 31 de diciembre de 2009

Yendo al cine solo: Avatar


Por Raúl H. Pérez Navarrete

James Cameron es un cineasta al que se le recuerda como el director de la millonaria Titanic, sin embargo, entre su obra se encuentran cintas importantes dentro del género de la ciencia ficción como las dos primeras películas de la saga Terminator, El abismo, y la secuela de Alien. Este es un dato que sin duda es inevitable al hablar de su más reciente producción.

Protagonizada por Sam Worthington, Sigourney Weaver y Zoe Saldaña, Avatar narra la historia de Jake Sully (S. Worthington), un marine parapléjico que es enviado al mundo de Pandora para participar en el programa Avatar, utilizado por la empresa minera RDA para entablar comunicación con los habitantes, la tribu de los Na’Vi, seres con fuertes vínculos con la naturaleza. Pronto, Jake se encontrará a sí mismo en medio del cumplimiento de sus deberes y la fascinación por los habitantes de Pandora, quienes lo aceptan gracias a la intermediación de Neytiri (Z. Saldaña), hija de los jefes de la aldea.

Definida por varios críticos como una mezcla entre Danza con lobos y La guerra de las galaxias, Avatar es predecible y abundante en clichés, sin embargo, James Cameron logra, por medio de un extraordinario trabajo de efectos especiales y buenas actuaciones, armar una historia entretenida en la que se abordan temas importantes como la destrucción de la naturaleza y los numerosos colonialismos a lo largo de la historia de la humanidad. Por medio de claras oposiciones (tecnología-naturaleza, fuerza bruta-inteligencia), el cineasta detrás de Terminator desarrolla un discurso maniqueo para hacer una crítica a los Estados Unidos y a las grandes potencias del pasado.



Contrario a lo que podría parecer, Avatar no es una cinta que podría catalogarse como superficial, sin embargo, Cameron es incapaz de desarrollar una historia elaborada con personajes complejos; este defecto, no obstante, se ve equilibrado con la excelente producción.

Finalmente, como señala el crítico Oscar Uriel en su comentario sobre esta cinta, “la labor de un director de cine como James Cameron” es “entretener al público a costa de una impecable realización y a una imaginación desbordante”… y Cameron cumple cabalmente en este sentido.



1 comentario:

Maik Civeira dijo...

Pues por fin he visto la mentada película. Me parece un buen film palomero. Es más, diría que de las películas de su tipo (filmes palomeros de mucho presupuesto cuya función es entretener) es de lo mejorcito que ha salido en los últimos años.