Por Raúl H. Pérez Navarrete
En una reseña publicada recientemente, Laura Luz Morales describió a la cinta ‘Sombras tenebrosas’ como “la hermana menor de ‘Beetle Juice’, prima cercana de ‘El Cadáver de la Novia’ y pariente lejana de ‘Sleepy Hollow’”. El comentario no puede ser más acertado: Tim Burton regresa con ‘Sombras tenebrosas’ a sus raíces y retoma el cine que lo caracterizó a finales de los años 80 y principios de los años 90: un cine extraño, oscuro y sardónico y ambientado en escenarios tomados de las viejas películas de los Universal Studios y en el onírico expresionismo alemán.
Basada en la serie estadounidense Dark shadows (1966-1971), Johny Depp encarna en este filme a Barnabás Collins, inmigrante inglés cuyo padre forja su fortuna en las costas de Maine a fines del siglo XVIII y cuya vida será trastocada por Angelique (Eva Green), sirvienta de la familia cuyo amor no correspondido se convertirá en una obsesión que a su vez transformará a Barnabás en un vampiro al que condenará a un ataúd bajo tierra. Casi doscientos años después, Barnabás es liberado de su encierro para encontrarse con sus descendientes, encabezados por la matriarca Elizabeth (Michelle Pfieffer), así como con la sempiterna Angelique, ahora rival comercial de los Collins.
En ‘Sombras tenebrosas’ Burton utiliza con maestría los tonos oscuros y cómicos que van apareciendo de forma intercalada conforme la historia de desarrolla: gran parte del humor descansa en el personaje de Barnabás y su incomprensión de la época en la que se encuentra (1972), mientras que el ambiente sombrío se desprende de la trágica historia de los protagonistas (el suicidio de Victoria, el verdadero amor de Barnabás; el amor no correspondido de Angelique). Igualmente es destacable señalar que entre ambos planos subyacen instantes salpicados de terror en la que no están ausentes las apariciones fantasmagóricas y la sangre en los cuellos y las comisuras de los labios.
El regreso de Burton a su oscuro estilo implica igualmente alusiones a la cultura pop; en ‘Sombras tenebrosas’ las referencias obligadas son las viejas películas de vampiros como Nosferatu (1922), Drácula (1931) así como las realizadas por la británica Hammer films a través de la presencia de Christopher Lee. También la música juega un papel fundamental, la aparición de los Carpenters y otros íconos de la música de principios de los 70’s es notoria (Alice Cooper incluso participa brevemente en la película, decisión atinada si tomamos en cuenta el humor negro y elementos de horror que usa en sus presentaciones en vivo).
En conclusión, y usando las acertadas palabras de Laura Luz Morales, “para los que somos seguidores de las películas de Tim Burton, la cinta resulta bastante aceptable, sobre todo por sus reminiscencias a sus trabajos de antaño.”
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